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Todo lo hecho con amor, se nota

  • Foto del escritor: Daniel Barbosa Saavedra
    Daniel Barbosa Saavedra
  • 2 abr
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr

Éste es uno de esos lugares que logran transmitirlo. Redacción por: Gabriela Martínez. Fotografía por: Ernesto Esquivel.


Monterrey, 2025. Uno de mis lugares favoritos es Café Limón. Me gusta por su calidad excepcional de café y el excelente servicio que ofrecen. Los postres son sencillos pero muy ricos y el lugar es muy cómodo para pasar una buena tarde estudiando o solo tomando un café. Platicamos con Roberto, dueño de Café Limón y nos compartió un poco del camino que recorrió para llegar a lo que es ahora. Todo tiene su tiempo y lugar. Roberto quería salir de México en busca de otras experiencias. Cuando era más joven se le presentó la oportunidad de trabajar en España y su idea fue, en aquel entonces , ahorrar para poner un café allá. Quería un lugar donde servir comida y café como lo hace ahora. Con la crisis española, tuvo que cambiar de planes, así que se puso a trabajar en diferentes restaurantes en los que aprendió mucho a tener disciplina, amor y respeto por lo que hace; es algo que hoy en día, podemos notar en su lugar y lo transmite.

La idea de tener su propio lugar seguía presente, así que siguió ahorrando y probando diferentes cafés para ir entrenando su paladar, experimentaba con lo que podía ir comprando con su salario de cocina, y poco a poco, todo empezó a tomar forma hasta que encontró el local donde el 11 de agosto de 2013 abrió sus puertas: Café Limón.

Esta cafetería empezó sólo con Roberto, quien no tenía problema por trabajar día y noche, ya que como él dice: “Si haces lo que te gusta, jamás se llama trabajo”. Hace cinco años vendían 5 kg de café al mes, y ahora venden más de 10 kg por día. ¿Y cómo llegó a esto? Todo el mundo te dice cómo hacer café, pero no todo funciona igual para todos, por eso ahora no sigue reglas. Él expresa el grano con sus técnicas y las máquinas que él prefiere.

Roberto también nos recomienda probar diferentes lugares para poder entrenar nuestro paladar e ir reconociendo lo que nos gusta y lo que no. No se trata de imitar el espacio si no de aprender de lo que tomas. Si te sabe bien, está bien. Todo lo hecho con amor se nota, y Café Limón es uno de esos lugares que logran transmitirlo en todo lo que hacen.

 
 
 

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