Entre cheves y cómics.
Redacción por: Elena Urueta. Fotografía por: Juan Rodrigo Llaguno.
Sin ser brewer el Mudo Martínez es una de las personas que más ha hecho por promover e impulsar la industria de la cerveza artesanal en Monterrey. Comiquero de profesión y bloguero por pasión, ejerció durante 20 años como director creativo de una agencia de publicidad. Mientras tanto, se fue formando en la industria cervecera y como beer lover sin saberlo, durante viajes realizados por trabajo, con amigos, en catas y en momentos varios. Fue una mezcla de estos dos conocimientos adquiridos a través de los años, el de la mercadotecnia y el de la industria cervecera, lo que le ha ayudado a posicionarse como uno de los organizadores más conocidos de eventos cerveceros en la ciudad.
Mudo ha estado a cargo de los Local Craft Beer y otros eventos cuyo propósito es el de exponer a las marcas locales. También ha puesto sus talentos de diseñador y comiquero en práctica y ha hecho alrededor de 15 etiquetas en los últimos tres años, tanto en la ciudad como en San Diego. Con su clásico paliacate en la cabeza, shorts, tenis y una camiseta gris, llegó al Almacén 42 saludando al personal. Al sentarse, pide una Tiniebla, saluda al gerente y entonces, por alrededor de una hora y media, platica de su vida: de los cómics, la cheve, los Tigres y los blogs.
¿Cómo te empezaste a involucrar en el mundo de la cerveza artesanal?
La historia comienza alrededor de 1997 cuando fui a la Comicon de San Diego. En ese entonces también me comenzaba a gustar la cerveza como a cualquier otro chavo. Lo que sí es que no me conformaba con las típicas de la ciudad, me gustaba estar probando cada vez que había la oportunidad. En San Diego lo primero que hice fue pedir la cerveza más oscura que tenían. Me sirvieron una Guiness, que yo en mi vida había visto.
¿Te gustó?
Me encantó. Nunca había visto una cerveza tan oscura así que cada vez que volvía a San Diego, anualmente, veía que tenían cada vez más cervezas distintas y fuertes a las acostumbradas. Nunca pensé que se estaba gestando una revolución cervecera y entonces me tocó probar muchas locales que estaban empezando, como la Arrogant Bastard o la Karl Strauss. Ambas recién lanzadas al mercado y muy significativas en California y todo el movimiento. Entonces, alrededor del 2005 empecé un podcast con un amigo. El programa trataba de muchos temas, yo hablaba de cine y cómics y él de música, luego ambos hablábamos de Tigres, que era nuestra afición. Mientras tanto, en cada podcast probábamos una cerveza diferente y la comentábamos.
¿Qué te impulsó a hacer los Local Craft Beer?
Aparte del viaje anual a San Diego, comencé a asistir a catas con amigos y a viajes con el fin de divertirme y conocer cervezas. En una ocasión estaba en una casa con otros cinco chavos, unos de los cuales yo había conocido en catas. Estábamos tomando y pensé, ¿cómo o qué podemos hacer para que esto sea algo grande? Un amigo, muy elocuente, respondió: gente. Necesitábamos gente. Entre Eslem Torres y yo hicimos palanca, él ponía a la gente y yo hacía el diseño, el evento y lo demás. Para esto, yo me apoyé en mi experiencia como publicista.
Eso fue en el 2012 más o menos, ahora ya llevamos alrededor de 19 ediciones. En esa primera ocasión fueron cerca de 25 personas. Siempre ha sido difícil hacerlo de más gente porque la cheve no es barata y en aquel entonces era todavía más complicado encontrar o traer cervezas. Ahora es diferente, tengo un padrón de unas 35 cheves qué ofrecer, aunque el mercado está cambiando y es mejor hacer eventos de una o dos cheves.
¿Es el único evento que haces?
No, ahora también ayudo con el Festival de la Cerveza, que es mucho más grande. Pero a lo largo de los años también he organizado catas o eventos, uno de los cuales fue muy popular. Lo hicimos en el Gómez y vendimos 200 boletos. Tuve la fortuna que cuando empezamos las catas, en el primer año, varios de los que hacían cheves en sus casas se convirtieron en microcerveceros. Salieron al mercado Bracino, Bocanegra, Albur y Propaganda. Nos ayudamos mutuamente para poder hacer los eventos, ya que nos beneficiaba.
¿Te consideras un experto en la industria?
No, para nada, yo aprendo mucho todos los días. Si me lo dicen tal vez sea por la antigüedad, pero creo que aún no hay expertos a nivel local, y a nivel nacional hay pocos. Es una industria muy nueva todavía, que, aunque se está desarrollando con mucha rapidez, hay mucho camino por recorrer. Todos los involucrados son muy inteligentes, pero si comparamos internacionalmente, hay gente con décadas de experiencia y un mundo de conocimiento.
¿En qué punto crees que está Monterrey en la industria cervecera?
Es algo complicado. México está dividido, la primera división es comercial contra nicho y de ese nicho hay otro todavía más hardcore. Nosotros somos parte de la segunda división, la cual es consumida como por un 1 por ciento de la población, a todos los demás les vale. Es en el norte donde más se consume y se produce por su cercanía con Estados Unidos. Si bien es cierto que en Monterrey es donde más se toma, creo que hay lugares en donde la calidad es mejor. De hecho, existe un debate entre Baja California y Monterrey. Creo que aquí se toma mucho por cultura, pero los paladares todavía no están tan educados como los de Baja, que tuvieron mayor acceso a las cervezas artesanales de California. Tenemos que entender, a los que nos gusta mucho la cheve, que somos un grupo muy pequeño y que no hay que juzgar a los demás por lo que toman. Se vale juzgar a la cerveza, pero no a la persona, todos estamos aprendiendo.
¿Por qué se toma más en Monterrey?
Se toma más, pero las lagers, aunque bueno, la cerveza es cerveza. La gente aquí es mucho más bebedora y puedo decir que, de entrada, es por la industria cervecera. Era la segunda fuente de trabajo junto con Fundidora. Éstas crecieron en paralelo y fueron abriendo otras fuentes de trabajo, de ahí la lealtad a esas marcas. Cuando la cervecería local empieza a crecer, comienza a hacer vidrieras, escuelas y otros negocios para sustentarse. Se empezó a hacer común el hábito de ir al bar por cerveza después del trabajo. También influyen otros factores como el que hay mucho fútbol, reuniones con carne asada y un calor impresionante. Es la bebida alcohólica por excelencia para todos. No es una bebida elitista como el vino, es algo que a todos gusta y está al alcance de cualquiera.
¿Qué tan abierta está la gente a probar nuevas marcas?
El mercado en Monterrey es un poco cerrado por diversos factores, uno de ellos el machismo. La mercadotecnia local promueve mucho que tal cerveza es para los hombres y se pueden tomar miles y de ahí no los sacas. Otra razón es que somos muy orgullosos, cosa que puede ser tanto buena como mala. En este caso es malo porque generalmente las personas mayores son más resistentes al cambio. También se tiene ese estigma de que “no me vas a imponer algo, yo me quedo con lo tradicional”. Por último, muchos factores hacen cara a la cerveza artesanal y es entendible que alguien prefiera tomar muchas cheves de cierto tipo a unas dos o tres artesanales. De esta manera protegen su bolsillo. Yo, en cambio, prefiero tomar pocas comerciales y luego unas tres o cuatro artesanales, tranquilo.
¿Cuales son las probabilidades de que una microcervecería permanezca en el mercado?
Es algo que no tiene que ver con el público sino con la estrategia de mercado y el contexto de quien lo hace. Hay algo bien claro que he visto en los últimos cinco años: todas las cervecerías nuevas cuyos dueños tienen muy poco historial en el ámbito de la cerveza, no sobreviven. Son muchas, las he visto salir sin conocer mucho y les cobra factura muy rápido. Los que lo han logrado son de diferentes contextos, pero tienen en común que todos ya tenían experiencia en la industria o probaron otros mercados de cerveza extranjera. Después de observar y aprender, todos comenzaron en sus casas. Es necesario ver cómo se comportan los ingredientes, experimentar y entre más veces lo hagas, sale mejor. Todos tienen experiencia previa con viajes, estudios y fascinación a algún eje del mercado, hicieron cerveza casera mínimo dos años y después ya se lanzaron al mercado. Mucho también es conocimiento de administración de negocios.
¿Cuál es tu cerveza favorita?
En mi casa siempre hay Arrogant Bastard, me gustó desde que la tomé. Tiene buen estilo y me identifico mucho con lo que dice la etiqueta, que la verdad no está chido, es muy agresiva, pero dice “You’re not worth it” y atrás dice algo así como “Probablemente no te va a gustar, no eres tan sofisticado para esta cerveza”. Es como un anti marketing muy provocador. Ya van para 12 años que la probé y por lo menos durante los últimos cinco años que la puedo conseguir más fácil, siempre hay una en el refri.
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