El calor y la afición a la carne asada hacen de Monterrey, el mercado ideal para esta bebida.
Redacción por: Elena Urueta. Fotografía por: Marcelo Vera y Elena Urueta.
Además, su contexto histórico y situación geográfica ponen a la ciudad en una coyuntura clave para el desarrollo del mercado artesanal. Aquí se fundó la primera cervecería del país, que ayudó al propio desarrollo urbano, y que inició la historia del amor de los regios con la cerveza. Pero el futuro de la industria, irónicamente, se debe también a la cercanía con Estados Unidos y el resurgimiento de las etiquetas caseras en aquel país.
Una de las frases más utilizada por los regios es la clásica “unas cheves, ¿o qué?”. En ella existen muchas posibilidades de convivencia, desde un plan tranquilo en casa hasta una “pre” con un grupo más grande de personas, o en la mayor parte de los casos, una borrachera inesperada que nace de un plan “tranqui”. Y aunque antes eran pocas las marcas que se podían tomar y limitados los lugares en dónde hacerlo, la cultura cervecera ha tenido un boom en Monterrey que ha posicionado a la ciudad como una de las mayores productoras y consumidoras a nivel mundial.
El fenómeno en la región se debe, en parte, al auge internacional en la producción y consumo de esta bebida que ha habido en los últimos años. De acuerdo con Cerveceros de México, el país se convirtió en el cuarto productor mundial, por encima de Alemania, Holanda y Bélgica, naciones con tradición en este campo. Con un alcance de 180 países, México es el que más exporta cerveza, y no sólo eso, sino que también ocupa los primeros lugares en consumo.
En un estudio elaborado en el 2016 por la firma de consultoría Kantar Worldpanel, México mantuvo el segundo lugar de los países que más toman cerveza en América Latina. Como Nuevo León es el segundo estado con mayor número de negocios de venta al menudeo, no es sorpresa que la investigación haya ubicado a Monterrey en el primer lugar de las ciudades mexicanas donde más se toma este producto.
De acuerdo con el estudio, el 92 por ciento del volumen que se compra de cerveza es clara, mientras que el 8 es oscura. Aunque las cervezas Tecate e Indio siguen siendo las favoritas del mercado, en la ciudad han crecido los establecimientos que dan promoción y exposición a las artesanales locales e internacionales. De esta manera, la bebida alcohólica más antigua del mundo retoma su lugar como la más consumida también.
El resurgimiento de la cerveza artesanal
Las cervecerías artesanales son llamadas así no por ser empresas más pequeñas sino porque utilizan los procesos e ingredientes que se usaban originalmente al hacer cerveza. Después de la Primera Guerra Mundial, los estilos y sabores se homogenizaron, el producto se industrializó y se convirtió en uno comercial. No fue sino hasta años después que surgió un deseo de volver a los procesos artesanales, ya que la única manera de experimentar las cervezas tradicionales de otros países, era al hacerlas personalmente.
México no es el único país cervecero en el mundo y mucho menos el único donde ha habido un resurgimiento de los procesos artesanales. De hecho, el boom comenzó en California, Estados Unidos, a finales de los años 70. El inicio puede trazarse, aunque sin mucha precisión, a Bolt Brewery, que fue la primera cervecería artesanal en San Diego y la cual desenlazó un fenómeno que aún continúa.
El movimiento tardó en llegar al país cerca de 30 años debido al duopolio del mercado que dos grandes cervecerías tuvieron por mucho tiempo. Mientras tanto, la industria se fue expandiendo por el mundo y pasó de tener cinco cervecerías artesanales a principios de los años 80 a tener cerca de 2 mil 500 en la actualidad. No fue hasta principios de la década del 2000 que la cultura de la cerveza artesanal cruzó la frontera gracias a diversos factores. Uno de éstos fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la apertura de las fronteras para importar y exportar productos.
Poco a poco estuvieron al alcance cada vez más marcas de otros países. Tras la llegada de cervezas de Bélgica y Alemania, el furor comenzó y se difundió con velocidad en el norte. Los nuevos sabores y texturas tan distintas a las de las bebidas comerciales inspiraron a abrir cervecerías locales en ciudades como Tijuana y Monterrey. Gracias a la ayuda del internet, estas nuevas marcas pudieron interactuar con el consumidor y dar a conocer su producto.
Monterrey cervecero
Existen muchas razones por las cuales Monterrey es la ciudad donde más se consume cerveza en el país. “En Monterrey comenzó la primera cervecería de México, la Cervecería Cuauhtémoc en 1890”, dice José Luis Calderoni, maestro cervecero y fundador de Propaganda, “la cervecería fue la que comenzó a crear escuelas e invertir en calles y negocios en la ciudad para poder crecer y expandirse más fácilmente”.
Recalca que en aquel entonces, la mitad de los habitantes de la ciudad trabajaban en la cervecería, lo que potencializó el auge que tuvo internacionalmente. Por lo tanto, como Monterrey creció a base de la industria cervecera, es natural que la ciudad sea uno de los principales actores en el negocio. De este modo, también se promovió su consumo al punto en que se convirtió en la bebida por excelencia para después de un día de trabajo.
México no es naturalmente un país cervecero ya que no produce los ingredientes como el lúpulo, la malta o la cebada, sin embargo, la inversión, el impulso y la mercadotecnia que hubo en esos primeros años lo ha colocado entre los primeros puestos en cuanto a calidad y cantidad de cerveza. A pesar de eso, los primeros directores de la Cervecería Cuauhtémoc se encargaron de posicionar su producto en paralelo a la construcción y desarrollo de la ciudad.
Otro de los factores que explica el auge de la bebida aquí es el clima. El calor predomina durante gran parte del año. Es cultural tomar cerveza o “unas heladas” antes de cualquier otra cosa para refrescarse. También, como la frontera de Estados Unidos se encuentra cerca la ciudad, se ha convertido en una puerta por donde entran las tradiciones americanas y una de ellas es el consumo de esta bebida en cualquier situación. El ritual de la carne asada, las reuniones y los planes familiares de fin de semana siempre van acompañados de una refrescante botella. Por último, éstas y las latas desaparecen con velocidad de los estantes debido a la cantidad de estudiantes que viven en los alrededores de las grandes universidades de la zona metropolitana.
Asociación de Microcerveceros
Alrededor del 2000 los restaurantes y establecimientos de bebidas notaron que existía un área de oportunidad para servir al nuevo mercado cervecero. Comenzaron a ser cada vez más los beer lovers que buscaban consumir una etiqueta de mejor calidad, más compleja en sabor y elaboración de la que estaban acostumbrados. Fue así como nacieron las sucursales cervecería-restaurante como Sierra Madre Brewing Company y The Beer Factory con el concepto de ir con familia y amigos a comer y al mismo tiempo catar una selección diferente de marcas. En paralelo surgieron nuevos locales de cerveza artesanal como Albur, Bracino, Cuatro Elementos, Propaganda, entre otras.
De ser tres cervecerías artesanales en el 2010, ya son más de 30 hoy en día. “La cerveza del norte, tanto la regia como la de Tijuana, es famosa por su calidad”, comenta José Calderoni, quien enfatiza que la cercanía con Estados Unidos hace que las cervecerías norteñas estén muy apegadas a las preferencias americanas. “Por la cercanía a la frontera también hay mucha competencia con productos americanos, por lo tanto el enfoque y estilo es diferente y la producción es mayor.”
En el estado existe la Asociación de Microcerveceros de la cual forman parte Albur, Bracino, Duarte, Pata de Perro, Propaganda y Obelisco. Tiene como objetivo ser una plataforma para impulsar y proteger el mercado de la cervecería artesanal, para intervenir en leyes federales y tener presencia ante el estado. De esta manera, los cerveceros dentro de la asociación se apoyan entre sí y abren el campo para que otros puedan prosperar también.
“En la industria de los cerveceros hay un ambiente muy sano en donde la competencia está bien dividida”, aclara José. “Son muy unidos, se juntan a hacer eventos, festivales y catas para darse a conocer, posicionarse en la ciudad y educar el paladar del consumidor, hacer conciencia del consumo y talento local,” afirma. Uno de tales eventos es el Festival de la Cerveza que inició en el 2015, y el Local Craft Beer organizado por uno de los actores más influyentes del mercado, Mudo Martínez. A los eventos asisten personas entre los 18 y 35 años, principalmente, quienes se muestran más efusivos por las tendencias y son más abiertos al cambio.
Ante un mercado creciente y complicado para los productores independientes, ellos demuestran que siguen su pasión por cocinar, experimentar y ofrecer cerveza diferente y de excelente calidad a aquellos dispuestos a probarla.
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